miércoles, 25 de marzo de 2015

Boyhood (Momentos de una vida) (2014)


'Boyhood' ha sido aplaudida por la crítica y por cierto sector del público (aquel que aprecia "el buen cine") desde el primer momento, lo cual no pone las cosas fáciles cuando uno se dispone a disfrutar de 165 minutos de cine. Las expectativas, desbordantes, me hacían temer lo peor: que el recurso utilizado (mismos actores durante 12 años para concentrar 'momentos de una vida' en un drama de más de dos horas) no estuviera a la altura de la trama o que la eclipsara por completo.
Creo que, con respecto a esta película, las opiniones pueden ser muy dispares. Para algunos es demasiado larga, otros creen que falta acción o que no hay un final lo suficientemente concluso... Lo cierto es que a mí me enamoró; es lo más real que he visto en años. La trama está bien definida pero es su combinación con detalles ordinarios lo que hace grande esta película.
La casualidad ha querido que mi hermano pequeño y el protagonista tengan la misma edad (probablemente la hermana del protagonista sea algo más pequeña que yo) y todos los recuerdos ficticios que aparecen en ‘Boyhood’ me han devuelto a momentos que ni siquiera tenía presentes en mi memoria. Creo que esto me convierte en una afortunada porque hay recuerdos ficticios, los más cotidianos, que únicamente los de mi generación (o la de mi hermano) podemos llegar a apreciar.
La película se ha etiquetado como ‘drama’ pero a mí no me lo ha parecido. Es simplemente lo más cercano a lo que significa vivir que he visto en pantalla; reír, sufrir, intentar encontrar un camino en la vida o un fin, equivocarse, descifrar la propia identidad… Puede que el momento clave para algunos sea el final pero para mí, lo que me llegó a conmover realmente, fue el momento previo en el que la madre resume en segundos lo que esperaba de su vida, lo que ha sido su vida.
Puede que no sea perfecta pero cumple el objetivo: retratar la vida; la que nos rodea y la que nos define.

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