lunes, 2 de marzo de 2015

Mientras las princesas duermen, Elizabeth Blackwell

Todos conocemos la fábula de La Bella Durmiente y, sin importar la fuente contemporánea que tomemos, la trama se reduce al triunfo del Bien sobre el Mal, de la belleza sobre la fealdad, de las buenas intenciones sobre la magia negra. EnMientras las princesas duermen, Elizabeth Blackwell nos ofrece una perspectiva mucho más amplia de la historia a través de una versión realista de los hechos. Gracias a esta novela podemos llegar a entender cómo algunos sucesos históricos deformados por el tiempo y las habladurías han podido originar las leyendas que conforman nuestra cultura y, al fin y al cabo, parte de lo que somos.
La novela de Blackwell es fruto de la combinación de la fábula junto con su trabajo y su imaginación pero podría ser perfectamente la fuente de La Bella Durmiente tal y como ha llegado a nuestros días. Ahí reside la magia y el encanto de esta narración.
La obra da comienzo cuando Elise sorprende a su bisnieta Raimy cuando ésta descubre entre sus pertenencias una daga con empuñadura de piedras preciosas. En ese momento, en lugar de evadirse de sus recuerdos dolorosos e ignorar lo sucedido una vez más, decide contar a Raimy sus vivencias en la corte real en sus años de juventud. Lejos de los cuentos de hadas con purpurina y pociones milagrosas, le explicará cómo fue su vida entre princesas, costureras, damas, caballeros y criados de diferente rango. Elise, desde una perspectiva privilegiada, relata la verdadera historia de Rose (Bella) sin dejar de lado la suya. Secretos tanto de la propia Elise como de la corte impregnarán una trama conocida por todos replanteada desde una perspectiva nueva donde la crueldad y las ansias de poder más oscuras, que no tienen cabida en los cuentos con final feliz, guardan gran parte del protagonismo.
A muy temprana edad, nuestra protagonista y narradora huirá, tras la muerte de su madre, de un hogar en el que sólo podía esperar palizas del hombre que decía ser su padre. Gracias a una tía, conseguirá introducirse como sirvienta en la corte real e ir medrando poco a poco hasta llegar a servir a la propia reina Leonore, la madre de Bella. A partir de ahí todo se irá complicando hasta límites insospechados y la necesidad de leer más, y cada vez más rápido, inundará la mente del lector sin remedio. En estas 500 páginas no sobra ni una sola vivencia, ni una sola descripción. La intensidad de la vida de Elise y del resto de los protagonistas se plasma en esta novela de manera excepcional ya que recoge aquello que los hace tremendamente humanos, no aquello que podría ensalzarlos a la categoría de leyenda. Además, los personajes no resultan planos sino que comenten errores y no por ello dejan de intentar hacer el bien para seguir sus principios.
En Mientras las princesas duermen se sustituye la magia por la superstición y todos y cada uno de los acontecimientos son explicables sin hechizos de por medio. Esta adictiva novela nos empuja a leer porque sabemos y no sabemos. A nuestro favor, el conocimiento de la historia de Bella, en nuestra contra, también. Muy recomendable para todos aquellos que deseen volver a los cuentos de hadas desde un prisma totalmente innovador y estén dispuestos a recibir sorpresas, una tras otra. No apto para niños ni para mentes azucaradas.

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