lunes, 2 de marzo de 2015

El país de la pizarra

Los adultos (me voy a incluir aunque no estoy muy segura de ello) deberíamos leer más  a menudo cuentos destinados a los más pequeños; de los que destilan magia, polvos de hada, inocencia pero también muchísima verdad, de esa que es tan verdadera, que deja de ser evidente cuando crecemos. Es curioso pero parece que las mariquitas y las estrellas parlantes hacen que la franqueza aparezca de manera más clara que con largos ensayos sobre la existencia.
El país de la Pizarra da comienzo con el argumento más antiguo del mundo: la princesa desaparece y debe ser rescatada. En esta ocasión no se presentará un príncipe apuesto para salvarla de un dragón sino que será un grupo de niños valientes que, resguardados bajo la protección de la luna llena y de algún que otro elemento fantástico, partirán en su busca para poder devolver la felicidad al reino.
Este precioso cuento ha conseguido arrancarme un par de risas sonoras y sinceras y me ha dejado una sensación de calidez maravillosa. Para leer solo o con un humanito, para leer en el metro o antes de ir a dormir… breve pero efectivo para tomarnos un ‘break’ de tanta seriedad.

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